Capítulo 6 (Ana y Vicor)

Narra Ana:


Ese día me levanté temprano. Era lunes. Me destapé de golpe ya que me estaba asando de la calor. M e levanté de la cama y me asomé al balcón. No podia creerme lo que veía. Un monton de chicos y chicas de todas las edades íban caminando por la calle. Algunos solos, en pareja o en grupitos. Algunos con uniforme y otros sin. Pero todos llevaban mochila.

Me vestí con unos shorts blancos y una camiseta rosa claro con el dibujo de un helado. Fui al comedor del hostal, donde ya estaban mi padre y mi hermano.

-Anda! Si se ha despertado la bella durmiente!- dijo mi hermano irónico- Menos mal que madrugamos por ti que si no...-

-No empezeis eh Victor- le cortó mi padre.

Cojí un bollo y me lo comí. Me levanté de la mesa y me dirigí a la calle.

-Tranquila, no nos esperes- dijo Victor.

Hize caso omiso y salí por la puerta. A lo lejos de la calle ví a Jessica que se dirijía al instituto. Cruzé la calle corriendo y le salté en la espalada. Casi se cae del susto.

-Ana! Que susto me has pegado!- dijo.

-No, si ya lo he visto- reí- No me digas que teneis classe-

-Si, esta semana es la ultima- respondió.

Solté una carcajada y ella me miró con mala cara.

-Lo siento, bueno, donde puedo comprar unos buenos zapatos?- me disculpé.

-En la calle Cervantes hay una, tu padre sabe donde és. Me tengo que ir o llegaré tarde, Chao!- respondió.

-Vale, gracias, que te lo pases bien en clase- dije.

Puso una cara de asco y salió corriendo en dirección al instituto.

-Anaa!! Vengaa!- escuché gritar a mi padre a mis espaldas.

Me giré y fuí corriendo al coche.


Ya me habia comprado los zapatos: unas manoletinas blancas. Simple y comodo.
Íbamos por un camino en el que a un lado estaba el pueblo y al otro el campo. De repente, pam!

-Joder!- gritó mi padre histerico.

Abíamos pinchado. Mi padre retiró el coche a un lado de la carretera. Todos bajamos. Como sabía que eso iba para largo me senté en una roca. Estuve mirando el paisaje. Un gran campo verde con una fila de girasoles al fondo que lo teñían de amarillo y, al fondo, muy al fondo, un camino de arena. Lo recuerdo bien. Antes era lo suficientemente grande para que pasara un coche y con espacio de sobra para aquella fila de flores rosas y blancas que había plantado mamà. Ahora solo quedaba un camino de arena con hierbajos alrededor. Madre mía, como pasa el tiempo... Ya hacia 8 años de aquello.



Narra Victor:

Entre papá y yo ya habíamos cambiado la rueda pinchada por la de recambio. Me giré y no ví a Ana por ninguna parte.

-Donde se habrá metido esta ahora?- preguntó papá.

Y lo ví. Aquel camino que de repente se había vuelto tan siniestro. Me acerqué con paso firme. Al llegar enfrente de aquella casa me paré en seco. Me traía tantos recuerdos, tanto buenos como malos. Ahora, aquel jardín en el que hacía carreras con mi padre y largas guerras de agua con mi hermana se había vuelto solitario y funebre. Tanto que parecia sacada de una película de terror. Y lo que mas miedo me daba era ese arbol donde encontramos a mamá ahorcada.




Por un momento me pareció oír las risas de mi madre al vernos empapados. En vez de enfadarse siempre nos preparaba una taza de chocolate caliente.
Noto una lágrima caer por mi mejilla pero enseguida me la seco con la mano. No quiero pensar en ello, en el pasado. Tras un largo suspiro decido entrar en la casa. Todo está oscuro.

-Ana!?- grito.

No hay respuesta. Me adentro en ese pasillo estrecho. Voy girando la cabeza cada vez que paso por una puerta. Todas están abiertas y dan camino a su respectiva habitación. La cocina, el comedor, la habitación de mis padres, mi antiguo dormitorio... todas quemadas. Ya no se vé ese azul celeste de las paredes de mi cuarto. Ni rastro de mi estanteria llena de libros de Barrio Sésamo, ni de esa gran cesta llena de jugetes. Tampoco está mi colección de coches de jugete. Nada, solo cenizas.
Al fondo del pasillo está la habitación de Ana. Seguro que está allí. No me equivoco. Está de rodillas en el suelo de espaldas a mi.

-Ana...- dijo

No dice nada

-Vamos Ana tenemos que volver- continuo.

Nada. Silencio. Un silencio incomodo. Algo que nunca habia pasado entre mi hermana y yo.

-Laura- dice al fin.

-Que?- pregunto.

-Mi muñeca se llamaba Laura.- concluye.

Ahora le veo mejor. En las manos tiene esa muñeca de trapo. Le falta un brazo y tiene todo el cuerpo quemado. La recuerdo bien. Un dia se la escondí para hacerle una broma y no tardó ni un minuto en darse cuenta de que no estaba. Lloró y lloró hasta que se la devolví. Fue una de las pocas vezes que se enfadó conmigo.

-Lo sé- digo despues de una pausa larga.

-Porqué nosotros? Porqué mamá?- dice levantandose y mirandome. Está llorando.

-No lo sé- logro decir.

Me abraza. Otra lagrima recorre mi mejilla, y otra, y otra...

Después de un rato llorando salimos de esa casa infernal. Ella sigue abrazada a mi, con su cabeza apollada en mi pecho. De repente me entra un escalofrío. Giro la cabeza suavemente sin que ella se decuenta para mirar una vez más la casa. No me lo puedo creer. En el árbol donde ahorcaron a mamá está escrito con un líquido rojo: " Sabía que volveríais "
Vuelvo a girar la cabeza rápidamente mirando hacia el camino de vuelta. No puede ser. Imaginaciones mías. Vuelvo a mirar el árbol. Ya no está. Sí, estoy seguro, imaginaciones mías. O no?

Llegamos a la carretera y papá nos está esperando con el coche. Subimos los dos en el asiento de atras. Papá arranca. Me mira por el retrovisor por unos instantes y vuelve a mirar la carretera. Sabe que es mejor no decir nada.

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MIL PERDONES POR LA DEMORAAA!!!! esque estoy de examenes finales!!!
Bueno que les ha parecido el cap? Yo casi me pongo a llorar escribiendolo!!!!
Ah! Sabian que este domingo 23 de mayo ES MI CUMPLEEE!!!?? SI SI! CUMPLO 14 AÑITOSSS!!!! :) jajajaja estoy emocionadaaa XD bueno comenten plis :)

bye cuidense ^^